Valores perrunos
El señor veterinario se quedó de piedra cuando abrió la puerta de la consulta. Allí le esperaba una perra con un cachorro en la boca. Se lo ofrecía a él. Era un Fox Terrier de pelo duro. Estaba frío y respiraba mal, padecía una infección. Mientras le aplicaba el tratamiento recordó vagamente a un cliente asiduo. En el ordenador salió de dudas y le telefoneó. Para cuando llegó, el cachorro estaba dormido en una cunita vigilado por su madre. Al dueño se le saltaban las lágrimas al ver la escena.
NOTA: Texto finalista en el concurso de enero Letras como Espada
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