24 ene 2025

Tiempos de mirada inocente

En Ciscar de Alhama vivía doña Adelaida casada con el hombre más rico del pueblo. Ella era una mulata que llegó de Cuba del brazo de don Eladio Castejón, el único hombre que tenía coche en aquel pueblo de poco más de 300 habitantes. La veíamos pasear por la ribera del río acompañada de una criada seria que nos reprendía a los críos que nos acercábamos a curiosear. Es que era muy guapa y elegante. Los cuarenta y dos alumnos masculinos de la escuela oíamos decir al maestro que no había que ser racistas y no entendíamos nada, porque para nosotros aquella mujer no nos provocaba más que aprecio y admiración. Chencho, el tío de mi amigo Caparrós, nos lo aclaró: Con los ricos y la gente guapa nadie es xenófobo. Esta última palabra no la entendió nadie, pero luego nos lo explicó y ya lo pillamos. De mayor me he dado cuenta de que tenía razón. Claro, el Chencho vivía y trabajaba en los invernaderos de El Ejido. Y era muy listo.
________

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario