11 oct 2024

Les llamaban pájaros bobos

El pingüino emperador estaba al borde del acantilado y se mostraba indeciso, allí había mucha altura y temía por su integridad. Bajar a la playa era peligroso pues estaba infestada de leones marinos. Su pareja, tenía entre sus cortas patas un bebé pingüino al que daba calor y esperaba que su padre fuera capaz de traer alimento para los dos. ¡Venga, tírate! No paraba de animarle. Tantas veces se lo dijo que al final se enfadó y soltó la frase que tanto hirió a su colega. ¡Oye, gritó, venga ya, lo haces por fas o por nefas! El pingüino emperador, que no había oído nunca aquella expresión, se sintió como mínimo ofendido y lanzó una mirada fulminante a la pingüina. Y picado en su orgullo se tiró al vacío. Mientras iba por el aire se preguntaba qué sería eso de fas y nefas. Por lo menos es un insulto, se decía. Pronto salió de sus pensamientos. Menuda tripada me he dado, se quejó. Y sacó una conclusión clara: “Este Océano Antártico seguro que es peor que Fas y Nefas”.

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