Me
contaron la historia de don Francés de Zuñiga, bufón que fue de la
corte de Carlos V, nieto que fue a su vez de los Reyes Católicos. La
vida de este cortesano tiene sus singularidades y ha sido merecedor
de saltar a la literatura en Manuscrito de fuego de Luis
García Jambrina (Espasa). En el relato se cuentan las peripecias e
intrigas palaciegas en que se vio envuelto este hombre de ingenio
punzante y lengua afilada que apagó su vida en el pueblo de Béjar,
a manos de unos asesinos que lo acuchillaron en venganza por no se
sabe qué rencillas pasadas. Cuando los vecinos que lo atendieron
herido de muerte en la calle lo llevaron a su casa, encontraron a su
mujer nerviosa que preguntaba a qué obedecía aquel alboroto. Y el
Francesillo, éste era el mote del
bufón, que no abandonaba la ironía ni en aquella suerte tan
adversa, fue muy claro.”No
es nada, señora, sino que han muerto a vuestro marido”. Como
se ve, admirable manera de despedirse de este mundo haciendo un
quiebro a un verbo difícil de conjugar.
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