Pablito,
los puntos suspensivos son tres, no más. Pero, ¿por qué? Porque
cuando cortas una oración que das por sobradamente entendida, vale
con tres puntos, es la norma. Pero es que yo no corto una frase, yo
corto una historia y necesito más puntos suspensivos. Da igual, no
puedes llenar dos líneas de puntos, confundes al lector. Pues el
lector es muy tonto, que yo hablo claro sin decir todo. A ver, no te
entiendo Pablito. Pues todos los de clase entendemos. En mi historia
cuento que “ayer fuimos al río y nos reímos con Fernandito,
porque...”. Bueno, ya sabemos que Fernandito es especial, pero lo
asumimos y le hacemos la vida fácil ¿no? Claro, pero hizo lo que
hace todos los días. Y ¿qué hace? Pues se bajó los pantalones y
nos enseñó todo, todo, todo. Las risas del grupo surgieron
espontáneas y el maestro se tuvo que dar por enterado. Venga, haced
los ejercicios de aritmética. Fernandito, ven conmigo a dirección.
Cuando la clase quedó sola aparecieron los reproches. Ahora le
estará llamando a la madre y menuda bronca, decían las chicos.
Mejor es no decir nada, decían los chicas. Pablito, eres un chivato,
te vamos a poner un castigo, decidieron. Este mes te toca a ti
acompañar a Fernandito al baño. Bueno...
_____ o _____
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