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18 dic 2024

El Barco de la Esperanza

Winnipeg es el nombre de un famoso carguero que llegó a Valparaíso el 2 de setiembre de 1939. Se estima que viajaban 2531 exilados españoles que habían subido a la nave un mes antes en Pauillac, un puerto fluvial en el estuario del Garona, al norte de Burdeos. Eran perdedores, gentes huidas de la guerra y acogidos a duras penas en la Francia que no sabía aún que se gestaba una nueva contienda en el viejo continente. Gracias a los esfuerzos de mucha gente, y de Neruda en particular, se armó el buque, era un carguero, y se dejó preparado para acoger aquel numeroso grupo. El poeta, definía aquel viaje como “mi más bello poema”. Fueron necesarios muchos esfuerzos y solidaridad (cientos de voluntarios del Partido Comunista francés trabajaron sin descanso para habilitar 2000 camas en literas de tres pisos) y hubo que vencer muchas resistencias para poder hacer entender que aquella gente honrada sólo quería rehacer su vida lejos de la tierra que les negaba pisar su suelo. Y hay un episodio que describe aquel entusiasmo colectivo y las vibraciones positivas que hubo. Lo recordaba el mismo Pablo Neruda: "Yo no he sido nada de religiones ni credos, pero quedé admirado y agradecido el día que se me acercaron unos cuáqueros y se ofrecieron a correr con la mitad de los gastos de aquel viaje". Tal cual. Así es como arrancó el viaje de una nave que con una media de 14 nudos recorrió más de 500 km al día. En menos de un mes cruzó el Canal de Panamá y llegó a Arica, donde las autoridades chilenas les dieron la primera bienvenida. Algunos pasajeros, atraídos por la industria pesquera, descendieron en barca a la playa y se quedaron allí. La mayoría esperaron a bajar al llegar a Valparaíso, donde fueron muy bien recibidos, incluidas las autoridades del país. Hoy en día se reconoce que la aportación de estas gentes fue decisiva para ayudar a moldear un Chile más próspero, abierto y creativo. En cierto modo no da la razón a aquel viajero del Winnipeg que ante el alborozo de los demás pasajeros al ver tierra firme soltó una frase lapidaria: Tierra siempre es tierra, pero patria es libertad. Y es que la mayoría, incluso él, llegaron a hacer de Chile su nueva patria. Peor fue la historia de nuestro barco. En su último viaje entre Liverpool y Saint John (Canadá), ya bajo bandera británica, fue hundido por el submarino alemán U-443 el 22 de octubre de 1942. Pero el Winnipeg, fue fiel a su vocación, por lo que se ve tenía en nómina un “ángel de la guarda”, porque los 123 tripulantes y 68 pasajeros que iban a bordo se salvaron todos.
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