Broma celebrada

Enterraron a don Zenón de Andrade con el móvil, conste que por expreso deseo del difunto. Al menos eso quiso él hacer creer, porque no era cierto, ya que tenía un cómplice, esto que no salga de aquí, que movió los hilos para que así pareciera. El caso es que menudo revuelo montó el 28 de diciembre de aquel año, Día de los Inocentes, según la tradición. Todos los amigos recibieron un mensaje en sus móviles diciendo que estaba muy bien atendido en el cielo, que montaba juergas diarias con Noé y que cantaba rancheras con Santa Cecilia. Además, prometía un enchufe cuando llegaran ellos a la gloria, siempre que le llevaran un queso Idiazabal o una morcilla de Burgos. Cerraba el mensaje anunciando el número de la lotería que tocaría esa semana. Se sabe que entre sus amigos y deudos nadie murió de infarto, pero casi de risa, y que el punto de venta de Loterías del Estado cercano se quedó sin boletos con el número indicado por el, ¿seguro?, difunto don Zenón de Andrade.

________